Disculpadme por desaparecer estos días, pero me ha pasado algo curioso que me ha tenido con los dedos sobrevolando el teclado día sí y día también sin darle a las teclas.
He averiguado el motivo y me arranco a contároslo.
Primero, para que me entendáis, tenéis que saber que no hay nada más alejado de mí interés y capacidad, que la tecnología, la redes sociales y el marketing; pero claro, he empezado un blog y algunos amigos expertos en la materia, me han dado consejos tales como crear una marca personal, ofrecer algo original, tener claro un objetivo o el perfil a quien va dirigido el blog para ajustar los contenidos… etc (bueno, todo esto con tecnicismos y anglicismos que quedan la mar de bien pero para los que no tengo memoria aunque quisiera).
Y a medida que leía la información que me han pasado y veía el vasto mundo que se abría ante mí, me iba haciendo pequeñita, se me iban plegando las alas hasta que me quedé embobada mirando la cantidad de «cachivaches» que me habían bloqueado el camino y me bajé a mi madriguera.
¿Excelencia? ¿Diferencia? ¿Fabricar una marca personal? ¿Adaptar mis contenidos a un perfil?, ¿Estrategia para…, ¿Trucos? Todas estas palabras me chirrían.
Así que con todo el respeto al conocimiento y el cariño a quienes les fascina ese mundo y tratan de descifrarme sus misterios, tengo que ser coherente con quien soy y me he liado a dar patadas a diestro y siniestro a todo ese exceso de información que me había bloqueado el paso.
Y hoy he vuelto a echar a andar, no sé a dónde me lleva mi camino pero me gusta andarlo.
El libro va en la mochila por supuesto, pero no al revés.
¿Qué me mantuvo quietecita en mi madriguera?
– El exceso de información desnutrió mi seguridad.
– Para «Crear” una marca personal, me encontré de repente pensando en qué tenía yo de diferente o qué valor añadido podía aportar y os aseguro que esta tarea ha conseguido algo que llevaba años persiguiendo con no poca frustración a través de la meditación: mi mente se ha quedado en blando.
¿Qué diantres es lo que debía buscar exactamente? ¿Un talento que juega al escondite conmigo? ¿Sonsacar a mi mente estándar un misterio no revelado a la humanidad hasta ahora?
Sinceramente, tengo la certeza de que si me focalizo en buscar algo semejante entraré en nirvana por los siglos de los siglos.
¿Qué me ha sacado de mi madriguera?
El conejo blanco… aburrido ya de aguantarme se me asomó y me dijo:
«Tú eres ya tu marca personal, no tienes que buscar nada, no tienes que ponerte un traje nuevo, no tienes que fijarte en qué hacen los demás para hacer algo diferente. La diferencia es obvia, no existen dos personas iguales».
Me recordó a aquel puñetero “sé tú misma” que me regaló mi hermana escrito en una tablilla cuando yo tenía 14 años y que me sonaba muy bien pero que si os soy sincera, no entendía.
El conejo tuvo que insistir un poco mas:
«Cuando por fin no quieres ser alguien diferente a quien eres y no te camuflas con mil disfraces de quien te gustaría ser, ahí es donde abres una rendija por la que empiezas a asomar, subes una mano, otra, un impulso hacia arriba, un salto y zas! ya estás fuera. Totalmente preparado!!»
¿Añadir valor? El conejo me dijo que todo está escrito y nuestra singularidad al reescribirlo es la que añade valor.
«Si creces de la auto-crítica te aseguro que nunca te gustará lo que veas en el espejo cuando te mires»
«Nada de querer ser más valiente, ni más simpático, ni más creativo, ni más seductor, ni más delgado ni más constante…»
No se trata de resignarse, se trata de aceptarse con cariño sin tratarse mal, solo desde el amor hacia uno mismo podemos echar a andar y descubrir con asombro hasta donde somos capaces de llegar»
Si no lo ves, no te preocupes, a mi también se me escapa a veces la idea de las manos, pero el conejo blanco tiene una paciencia infinita y me ha dicho que tantas veces como pierda la idea, correrá a buscarla de nuevo para volver a ponérmela en las manos.
Feliz tarde/noche de lunes 💚