Hoy me he despertado con los primeros rayos de luz que entraban por la persiana de mi habitación.
En otras etapas de mi vida más remolonas y huidizas hubiera bajado la persiana para volver a refugiarme entre las sábanas, atrasando lo máximo posible el momento de salir ahí fuera a enfrentarme no sé muy bien con qué pero que se me hacía grande, y seguir coqueteando con el mundo inofensivo de los sueños.
Hoy de la mano de esa luz me he mirado al espejo y me he dado los buenos días guiñándome un ojo, – que es la variante menos ridícula que he encontrado a aquel: “eres maravillosa” que me aconsejó algún profesor al salir de conejillo de indias en un curso; bueno el caso es que a mí me vale con el guiñito, -tendré que seguir progresando-.
En otras etapas de mi vida me hubiera mirado y hubiera pensado: “puff!, qué mala cara tienes” y me hubiera puesto manos a la obra con todo ese arsenal de camuflaje que tenemos las mujeres para transformarnos en lo menos parecido a lo que somos y en caso de no salir de casa me hubiera quedado con mi gastado, querido y también poco-erótico pijama de felpa y el pelo recogido de cualquier manera, arrastrando las zapatillas de oso por mi eterno laberinto doméstico.
Hoy sin embargo me he dicho: “estás buena María, pero buena, buena, no eres un pibón que disloca cabezas por las calles de Madrid pero tienes lo tuyo, así que guiñándome ese ojo me he dicho: “yo quiero una cita contigo sexylady, ¿quieres salir conmigo?”
Me he sacudido perezas y me he ido a mi cita especial.
Lo que ha pasado en esa cita ya se queda entre la chica del espejo y yo, solo os digo que lo que ambas unidas somos capaces de hacer, no tiene límites.
Un día alguien me dijo: “Esta habitación… esta casa… te hacen pequeña y tú eres muy grande” – Esa persona me quería, ¿verdad?
¿Cuál es tu habitación? Si te cuesta encontrar qué te secuestra de lo que podrías llegar a ser,respóndete a esta pregunta: ¿No podría vivir sin…?
Puede que hayas respondido: familia, pareja, excesiva necesidad de espacio, adicción a llenar tu vida de actividad como si se te escapara el tiempo, maquillaje, estética, estatus, deporte, tecnología, medicación, creencias inflexibles que disfrazamos de principios, control excesivo de tu alimentación, orden, dinero- aprobación/amor de los demás …
Pues ese es tu secuestrador. ¿Impactad@ o en desacuerdo con la respuesta?
Solo hay una cosa fundamental para vivir plenamente y eso se llama AUTOESTIMA, sin ella os aseguro que buscareis una “habitación” tras la que esconderos y de la que depender y nunca saldrá todo lo que podríais llegar a ser.
¿Te pegas el guiño mañanero y rompes esa historia de amor con tu secuestrador? ¿Todo un reto verdad?
💙💙💙