El momento del café es mi momento.
Por lo general al despertar tomo mi desayuno de cualquier manera entre vagabundeos mañaneros de acá para allá, pero cuando cojo la taza de café entró en mi momento sagrado.
Me retiro a mi mesa de despacho, caliento mis manos siempre frías abrazando la taza y paseo la mirada por un trocito de cielo y por los tejados de un Madrid que despierta a un nuevo día.
Mientras vuelo por ahí arriba no pienso nada, solo bostezo, saboreo mi café y espero a que las neuronas se vayan juntando.
Esta mañana, como nunca lo he hecho, quería compartir mi momento con vosotros.
Disfrutad de este martes que promete sol y algo de fresquito 😘