¡¡ FELIZ 2017 !!

Un poco más y os felicito el Nuevo Año en abril. Y encima cuando ya están los Reyes Magos merodeando.

Algunos días deberían estar declarados «días exentos de problemas», pero no, se dan cuando quieren y siento no haber estado operativa estos días.

Pero que sepáis que estaba deseando brindar con vosotros por este 2017, que por cierto… suena de maravilla!!

Marcarse fechas-clave para tener otra actitud ante los mismos problemas, mentalmente funciona.
Mi fecha es el 7 de Enero, yo entre tanta fiesta me despisto, es el día 7 cuando concreto en acciones todas esas sensaciones que se van colando durante las fechas de Navidad como quien no quiere la cosa, imposible no hacer balance de lo vivido y de la propia actitud ante ello.

Así que ADIÓS a un año que algunos estábamos deseando perder de vista.

Los años duros te rompen en mil pedazos, a veces tan minúsculos que tienes la sensación de haber desaparecido diluyéndote entre la arena, pero antes o después todos esos pedacitos se buscan, se atraen y se recomponen.

Los japoneses tienen un concepto muy bonito para definir esto: lo llaman «kintsukuroi» y viene a decir que cuando algo sufre un daño ya tiene una historia, y eso lo convierte en algo más valioso y hermoso, por eso rellenan las grietas y desperfectos de los objetos, con oro y plata, para resaltar esas grietas que son señal de fragilidad y también de resiliencia (o superación de la adversidad).

Durante mis años de ejercicio como psicóloga (que ya son 20) he llegado a una conclusión muy clara:
Esas tres cosas que le pedimos al nuevo año: Salud, Dinero y Amor (podemos añadir en la sociedad actual: reconocimiento, juventud, belleza…)
… Ninguna, absolutamente ninguna de esas variables, es responsables de una mayor o menor felicidad.
Podemos entrar en debates (de esos que me encantan) sobre hasta qué punto disponer de dinero o no, belleza o no… etc, contribuye, pero finalmente esa no es la clave en absoluto.
Todos conocemos a personas privadas de todo eso que son muy felices y a personas que lo tienen todo y que no lo son.
Y no son excepciones porque sencillamente no tiene nada que ver.

Si piensas que si tuvieras esas cosas serías feliz, con ellas tampoco lo serías. Lo bueno es que puedes serlo ahora mismo, ya, sin esperar nada.
Es nuestra manera de pensar sobre los hechos buenos y malos lo que nos da o quita la felicidad, no los hechos en sí.

A mí se me han ido de las manos este año, soy muy consciente de que me he dejado llevar por la inercia de sufrir ante acontecimientos reales difíciles, elegí sufrir y elegí pensar que soy especialmente sensible ¿por qué? Eso ya es hablaros mucho de mí, pero lo importante es que sepáis que es una elección (a veces inconsciente).
Hacer mil cosas mal es normal en la vida, no hacer cosas mal sí que es un gran problemón.

Lo importante es darse cuenta de que los «problemas reales» siempre son estupendas excusas para no hacernos responsables de nuestra felicidad.

Así que Brindo con vosotros por un 2017 en el que tengamos la lucidez de elegir poner el foco y la lupa de aumento en la parte positiva de la vida!!!
En el que las emociones negativas (que se darán) no eclipsen las bonitas y las aceptemos con fortaleza porque sentirlas en nuestra propia piel es un aprendizaje desgarrador pero de un valor incalculable.

💙💙💙