Días de domingo y de lluvia ¿hay algo más romántico?
Puedes abrigarse bien y salir a la montaña, quedar con amigos en uno de esos sitios de Lavapiés que se han puesto tan de moda en Madrid, tipo bar de la serie “Friends”, o quedarse en casa… escuchar “Goodbye” -de un cantante de folk americano que he descubierto hace poco y que me encanta, David Ramírez- mientras pienso en los “Goodbyes” de mi vida.
Goodbyes dolorosos siempre, pero necesarios, porque quedarse donde sabes que no es tu sitio, SIEMPRE es por MIEDO, una emoción que mata la vida; y el tiempo vuela, contigo viviendo o contigo representando todos los días la misma función.
Si esa función no te hace vibrar cada día…
VUELA para hacerte dueñ@ de tu tiempo!, di adiós y llora, y date la vuelta para mirar lo que se va y llorar más todavía hasta que sueltes todas las lágrimas; llora cuando tu mente (con el miedo como director de la película), se empeñe en reproducir una y otra vez las escenas de risas, aventuras compartidas y dulces intimidades de dos, censurando las escenas de incomprensión, tedio y desazón que viviste a su lado.
A pesar del miedo y con él en la mochila…
Vuela!, vuela hasta que solo veas un puntito que se desintegra allá a lo lejos y entonces… deja de mirar atrás.
Porque si no lo haces, te darás la vuelta, y te engancharás a su pierna como si te fuera la vida en ello.
Y esa pierna te arrastrará de nuevo a tu jaula dorada.
VUELA cuando quedarte donde estás no saque lo mejor de ti.
Lo demás es MIEDO, siempre es miedo.
Feliz tarde de lluvia para tod@s y especialmente
para todos esos valientes que con el miedo en la mochila, no se dan la vuelta.