Si miramos al cielo en una noche estrellada -hoy y mañana hay lluvia de estrellas- nos sentimos sobrecogidos por su infinitud y nos hace tomar conciencia de lo insignificantes que somos frente a la inmensidad del universo.
Vemos las estrellas blancas y amarillas cuando en realidad son azules, rojas, violetas, naranjas, amarillas…
¿Imagináis qué belleza?
Pues aquí viene la magia: los científicos (Carl Sagan) ya han demostrado que no somos polvo de la tierra como decía el Génesis, somos «POLVO DE ESTRELLAS», gran parte de la composición de las estrellas está dentro de nosotros. ¿No es bonito pensar que el universo está dentro de nosotros y también su infinitud?
Dulces sueños!
⭐⭐⭐