Mientras retomo de nuevo el trabajo, estaba mirando fotografías, me encanta hacerlo e imaginarme en esos lugares, pensar con quien me gustaría compartir ese momento que capta la imagen.
¿Habéis tenido alguna vez esa sensación descorazonadora de estar en un lugar de ensueño con la persona equivocada?
Abrir la puerta de una cabañita romántica y pensar: “Ohhh, es el lugar perfecto para estar con otra persona”.
Puede ser un restaurante pintoresco, una puesta de sol que te hipnotiza, callejuelas de pueblecitos con rincones que serían cómplices de recuerdos inolvidables, un ambiente de fiesta envolvente…
Esa certeza tan reveladora es inquietante porque nos reclama valentía para volver a esos lugares y vivirlos desde la otra certeza de que sí es ÉL, de que sí es ELLA…
La belleza de los lugares y cómo pasan a nuestro recuerdo depende mucho de con quien los compartimos.
Vemos el mundo exterior tal y como nos sentimos por dentro, así que algo muy interesante es que antes de volver a esos lugares con ÉL, con ELLA… Te asegures de ser primero TÚ, tu mejor compañía.
De esa forma tendrás la plenitud para disfrutar del acierto y la valentía para abandonar el desacierto. De lo contrario todo es mucho más confuso, seguro que me entendéis porque las cuestiones del amor (propio y romántico) nos traen a todos de cabeza.
Feliz tarde a tod@s 💙💙💙