Lo que nos roba el Photoshop

Esta mañana, buscando páginas donde poder acceder a imágenes encontré una muy particular (que no tiene nada que ver con la que expongo aquí), y me llamó la atención una cosa: eran fotografías “sin retocar!!!”
Me pareció maravilloso, sin un Photoshop que maquillara la realidad, y descubrí algo curioso que me dejó inquieta: las fotografías no me sorprendían, no me fascinaban, eran como “muy normales”.
Acaso esperaba que el azul del mar fuera más azul? Que la puesta de sol fuera más cercana al apocalipsis, que ese puente estuviera engalanado con bouquets florales?
Éste hecho solo fue el detonante de una reflexión diferente, porque admiro el arte de la fotografía y crea otras realidades que nos hacen soñar.

Pero confundir realidad con fantasía puede ser desolador porque nos genera unas expectativas imposibles que nos sumen en una profunda insatisfacción permanente.

Porque resulta que “lo normal” no son tomates brillantes y todos iguales, lo normal no es una puesta de sol roja como si estuviéramos en el centro mismo de la tierra abrasándonos vivos, lo normal no es una mujer sin celulitis, lo normal no es estar siempre radiantes de felicidad ni tener miles de amigos.

Lo normal son tomates sin brillo y de formas desiguales que son mucho más ricos y sanos, las puestas de sol reales son mágicas, la celulitis forma parte de nuestra genética, la tristeza y el miedo entra dentro del amplio abanico de emociones que podemos y debemos sentir, es imposible tener a mil amigos porque la verdadera amistad requiere un tiempo y si multiplicas ese tiempo por mil no salen las cuentas y nuestra vida está rebosante de sentido si no se empeñan en convencernos de que lo contrario esos a los que les sale muy a cuenta vendernos que lo deseable no es lo real.

Os dejo una foto sin retoque y con retoque.
¿Cuál os parece más más bella?
Si elegís la que no está retocada os espero en el Empire State para disfrutar de las vistas.

Feliz tarde de miércoles