REVERSOS Y ANVERSOS

Llevo varios días sin escribir por dos motivos, en primer lugar estoy torpe: las ideas vienen, me saludan y se van y en segundo lugar: a mí no me cunde el día.

Pero ahí va mi post torpe y a deshoras porque me he dado cuenta de que lo mejor que os puedo ofrecer es «mi yo» real.
Tú y yo, (y también todos los “tus” colegas que os dedicáis a la psicología o al crecimiento personal) sabemos que estamos llenos de desaciertos, de días de dudas, de perezas y desánimos.
Si solo me mostrara a vosotros cuando estoy entusiasta, lúcida y valiente estaría contándoos la mitad de mi y ocultar la otra, es vender una mentira.

Y mi gran mentira contribuiría, junto con todas las que vemos a diario en las redes sociales a formar una triste y gran verdad y es la que veo cada día en mi consulta y fuera de ella: personas con una insatisfacción permanente.

Insatisfacción porque sus vidas no son tan divertidas como las que muestran sus contactos sociales.
Insatisfacción consigo mismas porque se les escapa el tiempo y ese disfrutar del “instante presente” importado de oriente y que nos cuesta apresar, porque resulta que somos de occidente y la cultura en la que crecemos no se nos despega tan fácilmente de la piel.
Insatisfacción porque soltar apegos y miedos para volar ligero de equipaje hacia la aventura del vivir no es tan fácil como parece que les resulta a algunos gurús del crecimiento personal. Sí es posible y sí cuesta.

Es lógico que no mostremos el reverso de la moneda en nuestros escaparates sociales y además el anverso se nos contagia, anima, pone el foco en la belleza y nos dibuja una sonrisa, asi que yo…
Quiero anversos, te daré anversos… solo con que no se nos olvide que todos guardamos lo mismo en la trastienda y nos aceptemos reales, ya estamos levantando el vuelo.

Quince veces besos por todos los dias que llevo sin escribir!!

💙💙💙